Desde principios del siglo XX esta empresa familiar viene funcionando en el ramo de la ferretería de Montevideo.

En el año 90 se mudaron a Carrasco, y cuando estaban pintando su nuevo local, pasó una persona a preguntar qué negocio estaban abriendo, y ellos respondieron que una ferretería.

Esta persona resultó ser el gerente general de Inca. Desde ese momento se desarrolló una relación de amistad y trabajo que fue mejorando de manera continua su negocio.

Al igual que uno de sus fundadores, siempre han apostado a la adaptación de lo que hacen a los distintos momentos del mercado, y tienen una enorme vocación de servicio, generando un vínculo particular con todos sus clientes.

Entre las distintas acciones sociales que realizan, siembran futuro sostenible junto a GEMMA, colaborando en la integración de mujeres en situación de vulnerabilidad en el centro CEPRODIH.